Vínculo personal y afectivo.
Entregar una invitación personalmente es incomparable. Percibir las reacciones de una y otra parte: la sorpresa, la alegría (o disgusto) de los familiares o amigos, recibir abrazos de felicitación, etc.
Somos personas, y como tales, las relaciones e interacciones sociales nos hacen crecer y nos regalan un cierto grado de felicidad.
En una invitación digital se pueden incluir múltiples elementos como fotografías, videos, frases reflexivas, etc que logren vincular emocionalmente al invitado con los convocantes, pero como generalmente se visualizan en privado, las emociones generadas son definitivamente más personales que sociales.